Que cosa tan maravillosa es la tecnología. Objeto de mucha controversia, pues ha taido cosas tanto buenas como malas a la humanidad. Esta película trata sobre las cosas buenas.
Un hombre adulto que fue adoptado de niño por una pareja australiana, comienza a tener una crisis de identidad: no es realmente australiano, pero todo lo que lo unía a su cultura natal (es originario de la India), lo fue perdiendo con los años. En ese momento, comienza a reflexionar sobre la familia que perdió tantos años atrás y lo tortura la idea de que lo estén buscando día con día mientras él continúa con su existencia primermundista. Pero una innovación tecnológica se atraviesa en su camino: Google Earth, y le da la posibilidad de rastrear el lugar donde se perdió años atrás.
Esta es una película muy emotiva, es un viaje tanto físico como personal, de alguien que pierde a su familia y después hace todo lo posible por encontrarla. Sin embargo, es una película desordenada que no tenía idea de qué quería ser o hacer. Como pueden ver tanto en el trailer como en la fotografía que he puesto de encabezado, quieren hacer ver que Google Earth es de lo que más se habla en la película. Pero, ¿qué creen? No solo Google Earth termina perdiéndose entre todo lo que sucede, sino que la mayoría de lo que hay en el trailer son imágenes de 1/3 parte del filme, y he ahí el problema: quisieron abarcar demasiado. Quisieron contar la historia del niño que se pierde y después la historia del hombre que retorna, ¡y pudieron haberlo hecho!, si hubieran manejado mejor la narrativa. El inicio de la película es excelente, muy sentimental y bellamente contado. El acto final también es muy bello; nada sorpresivo, eso sí, pero poderoso. Sin embargo, ¡el problema es la transición! Todo lo que entre perder a su familia y encontrarla es un intento fallido de hacer que nos conectemos con el personaje ahora en su fase de adulto: todo muy rápido y nada sutil, da la sensación de que lo único que quieren es llegar a la parte jugosita, ese bello final; no se dan cuenta de que primero la audiencia tiene que partir el filete y dejar que se enfríe, saborear cada mordida; quieren meterle todo el filete en la boca de un zopetón para después sentarse frente a él con mirada expectante preguntando «¿¡te gustó!?».
Mi calificación:
🌟🌟🌟1/2
Buena, pero con un segundo acto muy flojo.
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